La entrevista que la vicepresidenta Cristina Fernández concedió a C5N definió la estrategia electoral del oficialismo. Ante todo, planteó que la elección se dará en tres tercios, y el objetivo del Frente de Todos está en “llegar a la segunda vuelta”, es decir, no ser el último de los tercios en votos.

Se trata de una estrategia realista que plantea quizás el único objetivo electoral posible para el oficialismo, dado el creciente deterioro de la economía, y en particular el incremento de la tasa de inflación.

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Es un hecho que Javier Milei se ha transformado en un tercer tercio competitivo y con posibilidades de ganar, lo que la misma Cristina Kirchner está reconociendo al plantearse como objetivo entrar en el balotaje. Define así un eje para encolumnar a un oficialismo que se siente desorientado y desmotivado, más allá del núcleo decidido de la militancia.

En segundo término, dio pistas sobre el posible candidato. Dijo que debía provenir de “los hijos de la generación diezmada”. En el oficialismo se trata de quienes se acercan o están en sus cincuenta, entre los cuales se puede mencionar a Máximo Kirchner, Axel Kicillof y Eduardo “Wado” de Pedro. Éste aparece como el precandidato con más posibilidades.

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Concretamente, es hijo de desaparecidos y un dirigente destacado de La Cámpora, agrupación que se corresponde a dicha generación, que ronda hoy los cincuenta años. El martes 16 de mayo, Cristina reiteró su renuncia a la candidatura presidencial, que ya había realizado el 6 de diciembre del año pasado, como lo explicitó esta semana.

En forma casi inmediata, La Cámpora instaló “pintadas” en el Gran Buenos Aires con la consigna “Wado Presidente”. Fue una manifiesta definición de la intención política de hacer del actual ministro del Interior, el candidato único a que aspira Cristina. Alcanzarlo no será fácil, porque otros dirigentes intentarán competir, más allá de la voluntad de la Vicepresidenta. Entre ellos Daniel Scioli, ex gobernador de la provincia de Buenos Aires durante dos periodos y actual embajador en Brasil.

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Pero ya el dirigente sindical Luis Barrionuevo, exponente del peronismo tradicional en el movimiento obrero, salió a apoyar enfáticamente la candidatura de De Pedro, y en la Central Obrera comenzó a discutirse sobre un eventual apoyo. Ahora La Cámpora, con el apoyo de la vicepresidenta, busca la definición favorable de gobernadores. En el ámbito del Gran Buenos Aires, la mayoría de los intendentes justicialistas ya se encuentran comprometidos con esta candidatura.

La candidatura de Sergio Massa pierde terreno en este contexto y no sólo por las complicaciones de la economía, lo que resulta determinante para su candidatura, sino por la intención de Cristina de mantener su liderazgo político. Una candidatura de De Pedro implicaría su triunfo político, al imponer un candidato plenamente identificado con ella. Massa, en cambio, ha tenido años de conflicto, enemistad y enfrentamiento, comenzando por la elección de 2013, que el actual ministro de Economía ganó al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires.

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Tanto Massa como Fernández fueron Jefes de Gabinete en el primer mandato de Cristina, que terminaron primero alejándose y después enfrentándose a ella. Una característica del liderazgo político de Cristina es saber negociar con los adversarios, como ha hecho con los dos mencionados. Pero sus allegados dicen que no olvida, y esto está presente en la relación con ambos.

Cristina ha definido el objetivo, que es llegar a la segunda vuelta, y ha comenzado a definir su candidato único, que mostrará que, aunque renuncie a la candidatura, mantiene su liderazgo.